Asisto con estupor al desembarco de las dos "metodologías innovadoras" de moda – ni son metodologías ni innovadoras-, que ahora dan título y contenido a un sinfín de actividades formativas, cursos, charlas y grupos de trabajo: las matemáticas ABN y la robótica en infantil. Aunque ya hace un tiempo que vengo escuchando cantos de sirena de esos dos fenómenos emergentes, hasta ahora no quise dedicarle tiempo pues pensé que serían tan efímeros como otros predecesores, pero al parecer la cosa va a más y quizás hace falta poner el foco sobre ellos. En ambos casos la justificación que se hace de su llegada a la educación infantil es la aportación que suponen al conocimiento matemático de los más pequeños, sumado a que como se desarrolla tan "exitosamente" en niveles superiores, es bueno entrenarse en ellos ya desde el momento de la entrada en la escuela.
Me cuentan en una papelería que ahora en el lote de material que se le pide a los niños de entre 3-6 años no pueden faltar una caja de palillos y un cuaderno de matemáticas, así como en la dotación de aula unos robots que incluso tienen cabida en las bibliotecas escolares…, vivir para ver, ¡así nos va con las matemáticas y con la lectura! Responsabilizo de esto a la formación del profesorado, a quien es capaz de justificar un sinsentido en base al currículo, y también a quien calla y otorga, dejando hacer "innovaciones" de ese calibre, quizás seducidos por las estrategias de marketing con las que se adornan.
Ayer vi a un pequeño dando saltitos y pensé que era uno de esos entretenimientos de cualquier niño de su edad, lo que me sorprendió fue que al preguntarle qué hacía me dijo que estaba sumando, que ya sabía sumar porque las sumas se hacían saltando. Podría pensar que era una de esas confusiones que a veces tienen los críos, pero como ya me había introducido en el divertido mundo del "algoritmo" enseguida deduje que en su escuela seguirían el método y trabajarían con la "recta numérica", como pomposamente gustan llamar a una alfombrilla que dota a los pequeños de toda la sabiduría matemática junto con montones de tuppers llenos de tapones y de atados de decenas de palillos.
Como estoy muy desconectada de las innovaciones educativas, primero quise informarme sobre la justificación didáctica y pedagógica de estas modas, tras lo cual, fui a la biblioteca para desintoxicarme y eché mano de mis referentes en el campo de las matemáticas, de cada uno de los cuales dejo aquí una pequeña cita:
"La tercera razón reside en que los procedimientos que los niños inventan surgen de lo más profundo de su intuición y de su manera natural de pensar. Si favorecemos que ejerciten su forma genuina de pensar, en lugar de exigirles que memoricen reglas que para ellos carecen de sentido, desarrollarán una base cognitiva más sólida y una mayor seguridad. Los niños que se sienten seguros aprenden más a largo plazo que aquellos que han sido instruidos de un modo que les hace dudar de sus propios razonamientos."
"Las experiencias matemáticas son adecuadas cuando convierten los procesos de aprender en procesos sociales de elaboración, de descubrimiento o de invención sobre situaciones reales que estén reguladas por continuas evaluaciones del progreso."
"Podemos afirmar que en todas las experiencias de la vida de los niños se hallan presentes los elementos necesarios para hacer matemáticas, mejor dicho, los elementos capaces de desencadenar esta acción. Estos elementos se refieren siempre a los aspectos siguientes: cantidades de elementos y acciones entre ellos, formas y posición de los objetos y magnitudes físicas mensurables. También en todas las experiencias vividas hay aspectos de organización y de estructura lógicas. Todo esto es lo que hace que podamos afirmar que en toda experiencia vivida hay potencialmente una actividad matemática. (…)
En definitiva, para que la actividad de una persona pueda denominarse como propiamente matemática es necesario que la experiencia haya implicado y puesto en funcionamiento su pensamiento lógico.
Bloque 1. Medio físico: elementos, relaciones y medida. Este bloque recoge los contenidos que potencian el desarrollo del pensamiento lógico-matemático a través de los cuales la niña y el niño intentan interpretar y comprender el mundo, favoreciendo las nociones de tiempo, espacio, causalidade, cuantificación y la resolución de problemas que se presentan en su vida cotidiana. Así, para conocer y comprender cómo funciona la realidad, la niña y el niño indagan sobre el comportamiento y las propiedades de objetos y materias presentes en su contorno: actuando y estableciendo relaciones con los elementos de en medio físico, explorando e identificando los dichos elementos, reconociendo las sensaciones que producen, anticipándose a los efectos de sus acciones sobre ellos, detectando semejanzas y diferencias, comparando, ordenando, cuantificando, pasando así de la manipulación a la representación, origen de las incipientes habilidades lógico-matemáticas. (pp 53-54)
¡No tienen cabida!
Bien es cierto que quien quiera justificar ese tipo de matemáticas que estamos analizando, probablemente también encontrará argumentos a favor en lo anteriormente expuesto, aunque todos nosotros sabemos que no es lo mismo. Lo que sucede es que como vivimos en un mundo visual, a la gente le resulta más fácil ver un vídeo en youtube que leer un libro, así quedamos perplejos viendo maestras que en lugar de hacer fichas en el papel, las hacen en el suelo igual de repetitivas, aburridas y desconectadas de la realidad. Como somos tan modernos y queremos empatar con los niños, atribuimos a un robot la capacidad de enseñarle a los niños cooperación, lenguaje, lateralidad y direccionalidad , cuando eso, los profesionales de la educación infantil sabemos de sobra que sólo se puede hacer a partir del propio cuerpo, no del cuerpo de un aparatejo.
Con la de oportunidades que nos brinda la vida cotidiana para introducir el lenguaje e iniciarnos en los procesos lógico matemáticos, desafortunadamente, una vez más, nos dio por seguir métodos estandarizados.
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