Neurodomingo 2021.50
Las obras de El Bosco son fascinantes. Inquietantes y misteriosas para nuestra mentalidad actual, sus fantasías obedecen a la moral cristiana de la época. Esos monstruos infernales son alegorías de los vicios y pecados de la humanidad y, al parecer, muchos serían representaciones gráficas de dichos holandeses, personajes y situaciones de obras literarias religiosas populares en su época, -como Imitación de Cristo de Tomás de Kempis, La nave de los locos de Sebastián Brant o Peregrinaje de la vida humana de Guillermo de Deguileville– y, por supuesto, de la Biblia y los Evangelios.
El tiempo en el que vivió y pintó Jheronimus van Aken, El Bosco (nacido alrededor de 1450 y fallecido el 9 de agosto de 1516), fue un tiempo de grandes cambios. El descubrimiento de América, el extraordinario desarrollo de las ciudades y el comercio, el ascenso de una burguesía diversa que cuestiona a la jerarquía religiosa, critica los vicios y la vanidad a la vez que busca una religiosidad más individual y reflexiva.
De estas y otras convulsiones fue testigo El Bosco y así lo plasmó su pintura. En el siglo XV, Europa salía del medievo, pero las ideas de la Ilustración tardarían siglos en aceptarse, las personas seguían concibiendo el mundo como el lugar de enfrentamiento entre Dios o del diablo, y su vida como una lucha contra el mal.
La ética –definida como el conjunto de comportamientos correctos con independencia de la cultura de la persona– y la moral –qué conductas son adecuadas y cuáles no en un contexto determinado– siguen, y seguirán, siendo objeto de estudio por la Filosofía y la Psicología.
En 1978 la filósofo Philippa Foot publica The Problem of Abortion and the Doctrine of the Double Effect in Virtues and Vices y en este ensayo introdujo el famoso dilema del tranvía:
Un tranvía corre fuera de control por una vía. En su camino se hallan cinco personas atadas a la vía por un filósofo malvado. Afortunadamente, es posible accionar un botón que encaminará al tranvía por una vía diferente, por desgracia, hay otra persona atada a ésta. ¿Debería pulsarse el botón?
Dilema del tranvía, Philippa Ruth Foot
Dilema del tranvía. Philippa Foot, 1978 En este vídeo, que se hizo viral en la red, se plantea el dilema del tranvía a un niño pequeño (calculo que tiene entre dos y tres años).
Vídeo
—neurodesarrollo y moral—
Más allá de la inevitable carcajada que provoca el desenlace final, lo siguiente que se pregunta una es «¿será este niño un psicópata?». Pero, esa no es la pregunta correcta, la cuestión de fondo es ¿en que momento de su neurodesarrollo se encuentra su sentido de la moral?
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