Neurodomingo 2021.44
El retrato de Jean de Dinteville y Georges de Selve, más conocido como Los embajadores, es una obra maestra de Hans Holbein el joven, uno de los grandes retratistas del siglo XVI.
Paseando nuestra vista por el cuadro nos admira el impresionante virtuosismo de Holbein, los infinitos detalles que adornan las imágenes de ambos hombres y los objetos expuestos en la consola sobre la que se apoyan. Pero en el suelo destaca una forma indescifrable –a menudo llamada hueso de sepia– que parece fuera de lugar, impropia de un artista de tal talento. Sin embargo se trata de una muestra más de su habilidad con los pinceles.
Seguramente ya conozcas el cuadro y sepas de qué se trata, o puedes usar el dorso de una cuchara para descubrir qué es: apoya la punta de la cuchara sobre la parte superior derecha del hueso de sepia con el dorso mirando hacia la izquierda y ahora mira de frente la superficie convexa, mueve la cuchara hasta distinguir bien la imagen... ¿Lo ves? Si no, también puedes deslizar la imagen a la derecha para verlo.
- Hueso de sepia
- Calavera en anamorfosis
Eso es, se trata de una calavera pintada en anamorfosis, un efecto de perspectiva que consiste en deformar una imagen usando un procedimiento óptico –un espejo curvo– o matemático, lo que obliga al observador a tomar un punto de vista determinado para que el objeto sea distinguible.
La deformación de este cráneo pintado por Holbein es reversible, igual que sucede con la distorsión del cráneo de algunos bebés: la plagiocefalia posicional.
Es una consulta muy frecuente, pues la alteración de la forma del cráneo del bebé pude llegar a preocupar mucho a los padres.
—deformidad del cráneo del bebé—
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