martes, 28 de abril de 2020

MareaVerde




MareaVerde


Posted: 26 Apr 2020 04:14 AM PDT

A medida que se acerca el final crecen las dudas

No solo es que lo económico vaya a dar un vuelco. Muchas vidas no serán lo mismo. El problema es si no van a ser libres para decidir sobre sus vidas.

Vamos camino del mes de mayo y en el túnel empieza a vislumbrarse la salida a la luz: la desescalada está cerca. Entretanto, crece entre los viandantes de este agujero la inquietud de lo que habrá después.

Mensajería
La oscuridad y el aparente parón del tiempo han hecho su trabajo. El móvil e internet ayudan a comunicar cosas, enviar mensajes y consejos, redefinir los modos de hacer magdalenas o cultivar los geranios en la poyeta de la ventana. Todos dan señales de que existen, se han sobrepuesto a la peste o de que les ha rozado o puede rozarles; muchos han tenido algún allegado que se ha ido y ni siquiera han podido despedirse de él. Todos se sienten acongojados por alguna u otra razón, porque ha habido un corte brusco en su vida "normal", porque "la curva" les pasó por encima o porque la suerte les está dando la espalda.

Y la anormalidad ha hecho brotar la manía de pensar; todos piensan más en el túnel. Y todos se mandan sus pensamientos por la vía virtual, sienten necesidad de contar lo que piensan, se han acostumbrado a la prótesis del móvil y lo mueven con gran intensidad: 20, 30. 1000 mensajes diarios. Es un no parar de mensajes que tratan de encontrar pareja: a ver si este piensa como yo, a ver si yo pienso como los otros, a ver si crece la tribu de los que pensamos lo mismo. El móvil y el iPad le están ganando al ordenador la partida de la eclosión del pensamiento. Y de la educación, claro; todos nos educamos o pretendemos educar a los otros con lo que pensamos que debe saber, y los demás intentan lo mismo.

Educación Online
 Los ministros de universidades y de los otros niveles educativas, los consejeros autonómicos de los asuntos educativos,  piensan que el sistema online es la solución a muchos de los problemas que les ha planteado el parón de este túnel.

¿Y si tuviéramos ya en el bolsillo la proximidad del campus universal, sin necesidad alguna de ir a las instalaciones físicas de colegios o universidades, a las aulas, a los profes y departamentos, a los libros y bibliotecas manoseables? ¿Y si las asignaturas, programas, planes de estudios, bibliografías, presentaciones de trabajos académicos, textos, anuncios, consignas, recados, proyectos de fin de carrera o de lo que sea, solo se hicieran en adelante Online? ¿Sería mejor o peor, más barato o más caro, merecería más la pena o menos…? ¿Sería más accesible y más económico? ¿Prepararía bien a la gente que necesitan las empresas para que pudieran acreditar sus ganas de trabajar en lo que les digan? ¿Tendrían estas que complementar aquello con otro cursito adaptado al puesto? ¿Se necesita más…? ¿Es definitivamente inútil lo demás, sin que nos riña a todos Nuccio Ordine? ¿Dónde está la modernidad? ….. ¿Podría reducirse toda la enseñanza a puro teletrabajo? Pero, sobre todo, ¿No se solucionaría de una vez la constante carencia de medios, recursos y poca preparación que muchas veces tienen los sistemas que actualmente tenemos en funcionamiento analógico y presencial? ¿Podría la enseñanza pública de una vez ser pública, gratuita y de gran nivel de exigencia para todos? ¿Se acabarían las protestas de mareas que marean a los responsables de la gestión porque siempre fallan? ¿Protestar será en adelante algo solo virtual? ¿Habrá que protestar por algo?

Bueno. Vaya usted a saber qué nos depara la salida del túnel. De momento, se alega que, igual que dicen que se ha hecho un buen trabajo Online  -vaya usted a saber-, buena parte de lo inmediato, exámenes, acreditaciones de los niveles educativos que han quedado en el aire se quieren encaminar por ahí. El aprendizaje real que se haya obtenido no parece que interese mucho: es difícil de evaluar como es difícil de construir. La tradición educativa es que casi siempre ha interesado más el contenido, el saber recitar lo que hay que saber y punto, porque todo lo demás no interesa: ¿Te sabes los reyes godos?, pues ya sabes Historia. ¿No te los sabes?, suspenso. Con la asepsia que hay que tener estos días de pandemia, ya nos estamos entrenando en que para qué el roce diario, el ver qué cara pone alguien cuando atiende y entiende, cómo reacciona frente a lo que desconoce y quiere averiguar, qué pinta tiene el profe y por dónde lleva su área de conocimiento, qué merece la pena averiguar y qué no, si tiene o no interés la curiosidad por saber algo, solucionar una duda y cosas así. ¿Le interesa algo a alguien o solo interesa repetir lo que ya parece que sabemos y que si no lo repetimos somos ignorantes?

Los sanadores

También, han florecido los sanadores virtuales en nuestro móvil. Los hay de muy diversa trascendencia oportunista. Desde los emprendedores que aprovechan nuestras bajas defensas para colarnos un anuncio de lo suyo: un seguro, un coche, una crema, un banco, o lo que sea de la vida diaria; todo en plan de arreglarte las necesidades que tengas y te lo mandan por mensajería. No hace falta que les mires y te hagas cargo de la pinta que pueda tener aquello que te quieren vender; ni hace falta que mires la letra pequeña de lo que te ofrezcan: total para lo que sirve…

Los mejores son los de los telepredicadores a domicilio que se habían quedado con ganas de ser predicadores con púlpito físico para echar el sermón cada semana. Tienen la ventaja de que, en plan virtual, pueden largar todos los días; los amigos del chat, del blog o de la Web no tienen más remedio que aguantar o hacer que le escuchan, le siguen y responden con un imoji o dos y un me gusta, me gusta muchísimo, sigue así que vas  muy bien.

En esa situación se sienten ungidos de verdad y ya nos recriminan. Ya no les basta con seducirnos con cosas de derechas o de izquierdas; saben que no es lo mismo y según vea que va la marcha, el telepredicador espabilado sabe por dónde tiene que llevar la prédica: que si contra el Gobierno, que si a favor del Gobierno, que si no se aclaran los del Gobierno, o que si estuvieran los otros no se equivocarían tanto y tendríamos un país fetén y que viva España. Los hay más metafísicos todavía y hasta trascendentales. Son los salvadores virales. Han encontrado la piedra filosofal y nos la venden con su reflexión profunda. Ahora ya no es solo que el COVID-19 sea una ocasión inesperada y providencial para cambiar nuestras vidas pecadoras y que, de paso, salvemos al Planeta y, por supuesto, a todos los niños hambrientos que haya en el mundo porque ya hayamos visto que por el camino que andábamos íbamos al precipicio y al infierno. NO. Su reflexión tiende ahora ya a conmovernos por dentro un poco más; ponen el grito en que si somos o no "débiles" y "sumisos", que si con Goebbels las cosas fueron como fueron porque la gente es como las ovejas, que se dejan convencer por cualquier cosa…

Menos mal que, al fin, su lucidez nos dice por dónde sale el sol, porque con tanto tiempo en el túnel, ya nos habíamos olvidado. Por si acaso, estén atentos a tanto vigilante como está floreciendo: cuando les dé la luz de verdad o cuando los niños les acompañen en la calle dentro de unos días, tiéntense la cartera, no sea que se hayan quedado sin ella. Ni lo virtual será tan virtual, ni lo analógico será lo que haya sido.

Manuel Menor Currás
Madrid, 25.04.2020


Entradas relacionadas:
Posted: 26 Apr 2020 04:17 AM PDT
Reproducimos este artículo de ELDIARIODELAEDUCACION.COM

En este tiempo de coronavirus y encierro, en donde a veces parece como si "perder clases", en estos meses de estado de alarma, implicara que nos estamos jugando el futuro educativo de las próximas generaciones, quizás sea el momento para retomar y replantearnos un modelo de "educación lenta".

Entroncada con la filosofía del decrecimiento se plantea la slow education (1). Una filosofía de la educación donde se prima el proceso de aprendizaje, se centra el esfuerzo en facilitar las estrategias para la reflexión crítica, el análisis en profundidad y se tienen en cuenta los distintos ritmos de maduración; frente al modelo tradicional de primar los resultados, memorizar para continuos exámenes y avanzar en el temario acumulando contenidos.

La educación es un proceso a largo plazo. Los autores de Elogio de la educación lenta (Joan Doménech) o La pedagogía del caracol (Gianfranco Zavalloni), nos recuerdan la imperiosa necesidad de parar los pies a las prisas y la intensificación del trabajo, a las presiones y el estrés, que son contraproducentes para cualquier proceso de aprendizaje en profundidad. Nos piden recuperar el tiempo de aprender con profundidad y con sentido, retomar un ritmo más pausado de aprendizaje. Sobre todo, en un momento de crisis como éste, donde el alumnado quizá necesita mucho más del acompañamiento y el cuidado, y la posibilidad de reflexionar sobre la experiencia que están viviendo, cómo le ha impactado a cada uno, a sus familias, a su entorno y a su barrio o su pueblo. Y los adultos debemos aprender a "perder el tiempo" en escucharles y acompañarles.

Más contenidos no es sinónimo de mejor educación. Por eso debemos cuestionar la intensificación del trabajo escolar. Desocupar el tiempo de tantos deberes (las investigaciones señalan que hacer más deberes no necesariamente mejora el rendimiento académico) y actividades a veces repetitivas, en bastantes casos ligadas a contenidos y conocimientos desvinculados y fragmentados, que provocan aprendizajes efímeros. Replantear el currículum sobrecargado de temas y contenidos, para centrarse en lo realmente sustantivo, los aprendizajes comunes y básicos que realmente deben ser comprendidos y adquiridos por todo el alumnado. Haciendo una propuesta con sentido común, frente a esta ola, cada vez más acuciante, de teaching for test, que exige centrar la docencia en la preparación y "entrenamiento" para superar reválidas, exámenes y evaluaciones estandarizadas y obtener resultados que sitúen al centro en lo alto de los rankings escolares.

Quizás, entonces, se podría tener tiempo para trabajar más reposadamente, más profundamente, destinando tiempo a la reflexión, a la lectura, a la contemplación, al disfrute, a la relación. Para organizar el proceso de enseñanza-aprendizaje adecuado a los ritmos de un alumnado diverso, pudiendo llevar a cabo una auténtica "educación lenta y serena", que cuestione la cultura de la cantidad y de la acumulación. Disfrutar de un tiempo pausado y sensible en el que más que aprendan muchas cosas, las aprendan bien.

También para reconquistar el tiempo personal, y poder dedicarlo a otras actividades, que implican no solo aprendizajes valiosos sino que nos ayudan a realizarnos: la solidaridad con los vecinos y vecinas que no pueden salir de casa, el desarrollo del lenguaje y la comunicación con quienes viven el confinamiento solos, recuperar los espacios del hogar como áreas de experimentación "científica" (cocina, plancha, lavadora) y compartir las tareas de forma igualitaria, analizar la realidad que están viviendo y las noticias que ven, el desarrollo de actividades culturales (estos días a distancia), el compromiso con los movimientos sociales (en las redes durante este confinamiento), o incluso simplemente "mirar por la ventana y ver las nubes en el cielo", como dice Zavalloni.

Menos, es más, nos dice la educación lenta. Por eso, para poder llevar a cabo una educación lenta, más reposada, más inclusiva, donde se pueda personalizar más el proceso de aprendizaje, garantizando un currículo común, y sea posible atender más a la diversidad de forma inclusiva, es necesaria menos ratio, menos número de alumnado por profesor. Tras una larga etapa de recortes de profesorado y de sus condiciones laborales y profesionales, es el momento para apostar de forma decidida por un modelo de educación pública inclusiva y lenta, con los recursos suficientes para que éste modelo se pueda llevar a cabo.

Debemos aprender de este tiempo de crisis. No solo aprender que hemos de educar y apostar socialmente por el apoyo mutuo, el valor de lo común, de la solidaridad y los cuidados, frente al dogma neoliberal del capitalismo. Ciertamente es crucial aprender que el capitalismo neoliberal es la pandemia subyacente que hemos de superar, como explican los filósofos Slavoj Zizek, Byung-Chul Han o el pedagogo Henry Giroux, analizando su ideología virulenta de competitividad extrema y egoísmo irracional. Pero, si realmente no queremos que nadie quede atrás, también en educación, debemos aprender también de la experiencia educativa que hemos vivido en esta crisis del coronavirus.

Franco «Bifo» Berardi, en su Crónica de la psicodeflación, constata que "podríamos salir de esta situación imaginando una posibilidad que hasta ayer parecía impensable: redistribución del ingreso, reducción del tiempo de trabajo. Igualdad, frugalidad, abandono del paradigma del crecimiento, inversión de energías sociales en investigación, en educación, en salud". En nuestras manos está.

(1) Maurice Holt fue el principal impulsor de la slow education en Europa, a partir de la publicación, en 2002, de su artículo-manifiesto titulado: It's Time to Start the Slow School Movement, en la revista Phi Delta Kappan.

Enrique Javier Díez Gutiérrez. Profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de León, miembro del Foro de Sevilla y de Uni-Digna.


Posted: 26 Apr 2020 04:21 AM PDT
CUARTOPODER.ES publica esta noticia


  • Con el cierre de colegios e institutos, los llamamientos a los interinos que hacían las sustituciones se han parado
  • Para defender sus derechos, un grupo de docentes ha creado en Catalunya la plataforma "Substitutes en Lluita" y en Madrid "Interinos docentes en lucha"
El cierre de los colegios el pasado marzo ante la emergencia sanitaria generó muchos trastornos que, seis semanas después, siguen trayendo consecuencias. Es el caso de cientos de interinos que esperaban a ser llamados en las listas de las administraciones territoriales y que se han quedado sin trabajo y sin expectativas de tenerlo a corto plazo. Para defender sus derechos, un grupo de docentes ha creado en Catalunya la plataforma "Substitutes en Lluita" y en Madrid "Interinos docentes en lucha". Se quejan de que la crisis de la covid-19 la pagarán los trabajadores más precarios de la administración: "Estamos en tierra de nadie", lamentan sobre la incertidumbre ante su futuro.
El cierre de los colegios e institutos fue una de las primeras medidas que tomaron las administraciones para frenar los contagios.  Por tanto, se han ralentizado también los llamamientos en las listas de profesores sustitutos, pese a que la actividad lectiva no se ha paralizado, sino que se ha trasladado a los hogares a través de plataformas informáticas y otros métodos digitales. Estos dos factores hacen, según "Interinos docentes en lucha", que en los hogares haya profesores sobrepasados y, a la vez, sustitutos en paro: "También nos encontramos con profesores sobrecargados de trabajo, al tener que cubrir las labores de sus compañeros de trabajo que están de baja y en el peor de los casos a alumnos sin profesor, lo que acrecenta en estos momentos tan difíciles, aun más, la desigualdad", explica a cuartopoder Javier, portavoz de la plataforma madrileña. 
Por su parte, la Comunidad de Madrid afirma que las necesidades en los centros sí se están cubriendo, tal y como aclara a los interinos en sus propias redes sociales. Sin embargo, Javier asegura que se trata de llamadas puntuales en los últimos días y se queja de "falta de transparencia en el proceso": "Creemos que es un buen principio que decidan reanudar los llamamientos, pero queremos que se haga de forma oficial y que se hagan de forma transparente y pública como se ha hecho siempre". 
Al hablar de su caso personal, este profesor lo achaca a la "mala suerte". Tal y como cuenta, comenzó a trabajar el 18 de septiembre y ha ido enlazando un centro con otro hasta que la última sustitución se le acabó el 9 de marzo: "Ese mismo día volví a las listas y horas después ya había sido convocado para otro llamamiento". El día 11 debía haberse incorporado al centro, pero el día 10 la Comunidad de Madrid comunicó la orden de cerrar los centros: "Esto me ha dejado en una situación difícil, sin trabajo, sin ninguna medida económica a la que acogerme y con un paro que no llega a los 700 euros". 
Los interinos tienen situaciones muy diferentes, algunos sustituyen a un profesor todo el año y otros tienen otros empleos mientras esperan a ser llamados. Arantza es miembro de la plataforma catalana y tiene en común con Javier la volatilidad de su trabajo como profesora. En octubre le llamaron del primer colegio y en marzo empezaba en el tercero. Trabajó dos días de manera presencial y el día 20, el profesor al que sustituía se dio de alta: "Me quedé en el paro y tengo prestación hasta junio. Hay personas en mi situación que ni siquiera han podido generar paro", explica. Algunos de sus compañeros han consumido el desempleo esperando que los vuelvan a llamar del siguiente trabajo y ahora no tienen prestación.
"Creamos la plataforma al ver que somos muchos los que nos encontramos en la misma situación", explica Javier, que asegura que la Comunidad de Madrid les responde "con mensajes automatizados". En este caso, afirma que los sindicatos suelen compartir su rechazo a la actuación de la administración, pero solo la Federación de Enseñanza de CCOO Madrid ha denunciado la situación ante la Inspección de Trabajo, un recurso que ha sido desestimado.

@educacmadrid Hola creo que ya van 7 consultas sin respuesta. Cuánto tiempo van a tener retenidos los llamamientos? Cuánto van a tener a los alumnos desatendidos y a los profesores secuestrados? Si no hay respuesta seguiré escribiendo hasta que la haya gracias.
Los llamamientos a interinos volverán a reanudarse con normalidad cuando se recuperen las clases presenciales. Ya se cubren algunas vacantes que demandan los centros. La decisión de la DG Recursos Humanos ha sido avalada por la Justicia tras la denuncia de algún sindicato.
En el caso de Catalunya, varias organizaciones apoyan sus reivindicaciones (USTEC, el Sindicato de Profesores de Secundaria, UGT, CGT y la COS). De hecho, han conseguido que, al menos, la Conselleria de Educación de la Generalitat, dirigida por Josep Bargalló, se mueva y reanude los llamamientos. Aún así, desde "Substitutes en Lluita" lo califican de "migajas": "Es un nombramiento a dedo, de personas que hayan trabajado en el centro", explica Arantza sobre el limitado efecto de esta medida. De hecho, hace unos días lanzaron la campaña #BARgonya en redes sociales para protestar por la situación.

Las clases continúan

A las dos fuentes consultadas les preocupa especialmente aquellos que se han quedado sin trabajo y sin paro: " Por otro lado se encuentran los que dejaron su empleo en otros sectores o en la enseñanza privada o concertada porque iban a ser los próximos en llamar y se han encontrado sin un puesto de trabajo y sin el otro", añade Javier sobre la variedad de trastornos.
"Pedimos que no se utilice la covid-19 para recortar en educación. Los profesores siguen trabajando, el curso continua, lo único que están cerrados son los centros, no la educación", asegura el profesor madrileño. Para ellos, no tiene sentido que las clases continúen, con las dificultades añadidas de la distancia, y sin embargo se eliminen recursos: "Pedimos un nombramiento extraordinario, haciendo refuerzos a los centros. Nos encontramos con personas con necesidades educativas especiales en tiempo de confinamiento. También podemos hacer formaciones", explica la portavoz de "Substitutes en Lluita" sobre la variedad de posibilidades.

Arantza también pide que se compute este periodo (hasta julio) como días trabajados a todos aquellos que hayan prestado servicio, de forma que el orden de la lista no se altere. En las oposiciones, la experiencia puntúa: "La gente que tiene un número más bajo que el mío (en la lista) luego me va a pasar por delante. No es justo porque yo no estoy trabajando porque no quiera, sino porque no puedo".
Posted: 26 Apr 2020 05:57 AM PDT
Como en tantos otros países, en España, la pandemia causada por el Covid-19 llevó al cierre de los centros escolares en marzo y a una reacción acelerada para poner en marcha alternativas de educación a distancia, online y "on-screen", desde las más tradicionales como la televisión educativa hasta las más innovadoras con aplicaciones para Smartphone y redes sociales. Entrados ya en el mes de abril, el énfasis en desplegar recursos que aseguraran lo que se ha dado en llamar la "continuidad del aprendizaje" dejó paso a un debate cada vez más enconado sobre cómo cerrar este curso académico y, en concreto, cómo evaluar a los estudiantes, con qué criterios decidir sobre la promoción o la repetición de curso y, en su caso, la certificación y titulación de aquellos que concluyen etapa.

A algunos – el Ministerio de Educación, por ejemplo – les preocupa especialmente no penalizar a los estudiantes con mayor dificultad para aprovechar la oferta de educación a distancia y online, y que son los más vulnerables de nuestra sociedad. A otros, sin embargo, les preocupa que una tal vez excesiva flexibilidad o manga ancha evaluadora, justificada o no por las excepcionales circunstancias, pudiera conducir a una pérdida de credibilidad del sistema escolar, al transmitirse a estudiantes y sus familias que se rebajan deliberadamente los niveles de exigencia académica y por tanto, alegan, se renuncia a valorar y recompensar el esfuerzo individual.

Al politizarse este debate en los últimos días, la opinión pública parece percibirlo, sin mayor matiz, como "aprobado general versus aquí no se regala nada". Y ello a pesar de que ninguna de las dos posturas se presenta a sí misma en esos términos tan radicales. En definitiva, teníamos un consenso amplio sobre la necesidad de invertir los recursos necesarios en que ningún alumno dejara de aprender durante el cierre de centros, y el consenso se nos ha roto en mil pedazos en cuanto el calendario se ha empezado a acercar al mes de junio, con sus evaluaciones, calificaciones y decisiones derivadas. Aprender y aprobar siguen siendo por lo visto dos planetas aparte, dos códigos que solo se entenderían el uno al otro sobre la convicción de que la única motivación para aprender seria aprobar.

¿Es eso lo que de verdad pensamos las familias, el profesorado, los responsables políticos y la opinión pública en general? ¿Por qué ha sido tan fácil consensuar la continuidad en el aprendizaje y resulta tan difícil consensuar la continuidad en la evaluación? Algunas respuestas a estas preguntas son bien conocidas; otras no lo son tanto.

Al acercarse el calendario a las fechas de final de curso, era inevitable plantearse el problema de evaluar y calificar el rendimiento de los estudiantes. Hasta el 13 de marzo las notas de los dos trimestres cursados han de elaborarse como siempre, y también como siempre, habrá estudiantes con sobresalientes y con suspensos. Por tanto, éstos tendrían que repetir y titular de acuerdo con las normas de la legalidad vigente, con o sin pandemia. Como no es políticamente viable cambiar esas normas ahora, se pueden contextualizar, como por otra parte han hecho siempre los equipos docentes, con buenos profesionales en su seno, incluidos gabinetes de orientación, y acompañados de servicios de inspección con el suficiente conocimiento de las circunstancias de cada centro y aun de cada estudiante.

El problema sin precedentes, sin embargo, es que el curso no está acabando, aunque así lo haga parecer el calendario. El curso se ha interrumpido y solo gracias al esfuerzo tan profesional como voluntarista del profesorado (y de otros muchos profesionales de la educación) se está dando, con dificultades y desde luego no para todos los estudiantes, la continuidad en el aprendizaje de que hablamos. Los más viejos del lugar recordamos bien que, en el pasado régimen, y tanto para el bachillerato (que empezaba a los 10 años) como en la universidad, existía la matricula libre. Costaba menos que la oficial, el alumno no tenía derecho a ir a clase, y solo se presentaba en el Instituto en junio o en septiembre a examinarse. Pretender que la evaluación y decisiones derivadas se haga ahora como si este fuera un curso normal, crearía una situación no ya muy parecida a aquella matricula libre, sino que además la convertiría en obligatoria. La legalidad de esta vía seria como mínimo dudosa y, de entrada, muchos contribuyentes podrían reclamar la devolución de la cuota, parte de sus impuestos que van a sostener la educación pública y concertada. Además, los estudiantes sin acceso a la oferta online o cuyos centros y profesorado no cuenten con la preparación y recursos suficientes para trabajar a distancia y con materiales digitales, se verían injustamente perjudicados. Con la escolarización interrumpida, un posible aumento del fracaso y la repetición podría incluso llevar a muchas familias a iniciar acciones legales. Y todo eso por no hablar de aquellos estudiantes que están haciendo frente, además de al confinamiento, a la muerte de familiares muy cercanos, a la pérdida de empleo de sus padres y madres, o a la presión psicológica de la pandemia paralela de violencia en los hogares durante el confinamiento. Es el propio derecho a la educación el que esta en juego.

El trabajo realizado por los estudiantes desde el cierre de centros debe servir para recuperar o mejorar las calificaciones. Por tanto, ningún estudiante puede ser penalizado en la evaluación de este trimestre digital. En particular, para quienes no hayan podido avanzar durante este trimestre, a causa de la brecha digital, en lugar de quedar abocados a la repetición, se deben identificar, en un informe individualizado, las necesidades de adaptación y, a partir de ahí, articular un plan de recuperación a lo largo del próximo curso. Así, los conocimientos esenciales del tercer trimestre podrían abordarse adaptados, sobre todo durante el primer trimestre del curso que viene (que, a efectos académicos, debería ser al mismo tiempo el último trimestre del curso 19-20). Quienes ya los hubieran trabajado y superado, pueden ampliar sus conocimientos y habilidades, por ejemplo, dando apoyo a compañeros y desempeñando funciones de liderazgo a través de aprendizaje cooperativo en las aulas. Los equipos docentes sabrán reconocer su esfuerzo y sus nuevas habilidades, y eso se reflejará en sus calificaciones. Por tanto, desde la práctica de los equipos docentes, y desde la confianza en su profesionalidad, no es incompatible premiar el esfuerzo individual con asegurar que la brecha digital – y otras que se están abriendo con esta pandemia – no dejan a ningún estudiante injustamente atrás.

Algunos altos responsables educativos han exigido normas claras sobre repetición y titulación, para evitar que se pudiera terminar regalando aprobado general. En principio habrá que recordar que esas normas existen ya, ni más ni menos que a nivel de ley orgánica, la LOMCE, todavía vigente, y que obliga y compromete a todos (LOMCE RD 126/214 para Primaria y RD/1105/2014, para ESO y Bachillerato, modificado por RD562/2017, en donde se definen las condiciones de titulación de las etapas citadas). Recordemos pues, que ya se promociona en ESO con dos suspensos de forma ordinaria, o tres excepcionalmente si así lo decide el equipo docente. En Bachillerato se promociona hasta con dos suspensos. En cuanto a titulación, la norma en Bachillerato es que se logra si no hay ningún suspenso, mientras que en la ESO es posible titular con dos suspensos, siempre que no sean Lengua y Matemáticas a la vez. Por lo que se refiere a la repetición, la LOMCE conservó el texto de la LOE al establecer que sea absolutamente excepcional: "...solo si se han agotado todas las medidas de apoyo y refuerzo posibles". Como esas medidas no pueden tomarse ni desde luego agotarse durante el cierre de centros, hay que apostar por la recuperación en lugar de la repetición. No es solo lo más justo socialmente y un verdadero imperativo moral; también es lo que más respeta la legalidad vigente y garantiza el derecho a la educación.

¿Cuál es la novedad aportada por la Conferencia Sectorial ante esta situación excepcional? Que otorga y solicita a las CCAA "que puedan flexibilizar, de manera extraordinaria durante el curso 2019-20, los criterios de promoción y de titulación actuales, sin tener en cuenta limitaciones que afecten al número de materias pendientes". Esta propuesta no hace sino reconocer tanto la norma vigente (LOMCE, art. 28.2.), como la práctica habitual de tutores y equipos docentes cuando, al llegar el final de curso, además de la evaluación de cada materia, valoran el progreso de cada estudiante "atendiendo al logro de los objetivos y al grado de adquisición de las competencias correspondientes" para decidir sobre la promoción y titulación. Y si de verdad se quisiera conseguir una aplicación más homogénea de la norma para promoción y titulación, habría que avanzar en definir y establecer con claridad perfiles competenciales, como de hecho ya tiene la Formación Profesional. Pero esta tarea, aun siendo necesaria, no es la que toca en la situación sin precedentes a la que nos enfrentamos.

Solo podemos confiar en el buen sentido de las Consejerías de Educación a quienes se hace corresponsables de esta excepcional situación, y sobre todo en la profesionalidad de los claustros de profesores para que las juntas de evaluación de este año no se dejen contaminar por batallas partidistas y territoriales que poco o nada tienen que ver con la responsabilidad que se le asigna a nuestro sector. Hoy confiamos ciegamente en nuestros profesionales de la sanidad y les aplaudimos – con razón y emoción – cada día. Queremos hacer lo mismo con nuestros profesionales de la educación. Son igual de buenos.

Llegará más adelante el momento de revisar críticamente todo lo relativo a la evaluación, incluida la legalidad vigente que aquí hemos recordado. Son sin duda cuestiones clave en un modelo educativo que la pandemia está poniendo a prueba. Y será urgente contemplarlas en el marco de un Pacto por la recuperación económica y del bienestar social, en el que Sanidad y Educación sean pilares fundamentales.

EQUIPO DEL PROYECTO ATLÁNTIDA

(Coords: Juan Manuel Moreno y Florencio Luengo, que son, respectivamente, Presidente y Coordinador General del Proyecto de innovación e investigación).

Entradas relacionadas:
Posted: 26 Apr 2020 05:42 AM PDT
Estimadas/os compañeras/os:
Difundimos la siguiente información que hemos recibido de la Fundación Cibervoluntarios, entidad sin ánimo de lucro.

Esta entidad está trabajando acciones que puedan paliar la brecha digital.

Tienen un servicio gratuito llamado "Cibervoluntarios Responde" en el que a través del teléfono 915422900 o de su web quien quiera puede hacer una consulta sobre los problemas de conectividad, aplicaciones o herramientas digitales que podáis tener para seguir con la formación on line o para
resolver las dudas que nos puedan surgir como padres y madres.

Esperamos que pueda ser de vuestra utilidad.

Recibid un cordial saludo
FAPA FRANCISCO GINER DE LOS RÍOS
Posted: 26 Apr 2020 05:38 AM PDT
Artículo de Carmen Rodríguez MartínezJavier Esteban MarreroRodrigo Juan García para eldiariodelaeducacion.com/porotrapoliticaeducativa
20 abril, 2020
  • No se puede construir una ciudadanía democrática creando escuelas de ricos y de pobres, la educación debe estar comprometida con la cohesión social y con los derechos fundamentales de la igualdad. No existe el derecho fundamental a la educación con el desarrollo de políticas que van en contra de la educación pública y a favor de la segregación escolar.
Existen cuestiones tan contradictorias como las declaraciones de Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE y creador de PISA, cuando afirma que, "la segregación escolar no es el camino para mejorar la educación", mientras extiende por el mundo el neocolonialismo que supone PISA contribuyendo a las clasificaciones de los sistemas educativos y aumentando la desigualdad.

Tan contradictoria como el interés de la OCDE junto al Banco Mundial en conseguir una educación en equidad, con metodologías instrumentales, que se apoyan en políticas basadas en datos evaluados para que conduzcan a una educación de calidad y eficiente, además de en modelos de financiación privada y en lo que se considera una inversión sostenible basada en los resultados, para satisfacer una ideología de mercado que reproduce las clases sociales y las jerarquías. Para ello son organizaciones económicas, para proteger al capitalismo y fomentar la iniciativa empresarial.

Un modelo competitivo para educación basado en el éxito
La nueva concepción de la educación como un elemento central para la transformación hacia una sociedad más competitiva y con una mayor producción crea un imaginario social hacia la mejora educativa basada en el éxito. Lo que antes eran mercados restringidos a las industrias del entretenimiento, el cine, deporte, arte… se aplican a abogados, médicos, bancos de inversión, escuelas, universidades… Con el objetivo de conseguir la sublimación permanente, hay que ser competitivo, compararse, medirse y optimizarse. De ahí que en los programas televisivos triunfe la elección de la mejor cantante, el mejor cocinero… costurera o famoso que deben demostrar un talento o algo adicional que suponga su "éxito". Este modelo de mercado se traslada a todos los ámbitos sociales generando una situación de agravio para la mayoría de las personas; resignación de los que no acceden a una situación de vida cómoda porque se vulnera una convivencia justa y presión de los ganadores para mantenerse en la competición.

En educación la transferencia de las "buenas prácticas", el "nobel de la educación" o el docente global (negocio para la empresa Varkey), las políticas de incentivos, etc… representan el triunfo del éxito, que solo sirve para destacar la crisis generalizada de la educación, para volver a reclamar los discursos elitistas ante el fracaso de la escuela. Y destacar que el profesorado es uno de los actores más relevantes que están sirviendo con sus malas praxis a unos resultados catastróficos. La responsabilidad recae solo en el profesorado, no en los niveles socioeconómicos del alumnado, ni en la calidad de la educación o en la falta de recursos personales o materiales. Todos estos discursos solo sirven para potenciar la escuela privada o modelos de escuelas con gestión privada que se basan en incentivos al profesorado y trasladan los modelos de la economía al sistema escolar.

La elección de centro: escuelas Charter, autónomas y concertadas
Cada vez hay una mayor tendencia a potenciar la elección de centro haciendo competir a las escuelas públicas entre ellas, y a las públicas con las privadas. Para poder elegir escuela éstas deben ser diferentes y para eso las acompañan de toda una serie de políticas educativas como son los vouchers, la ampliación del distrito, los proyectos educativos, los rankings, evaluaciones, o cualquier tipo de estrategia que potencie la competitividad entre las mismas.

Tanto las escuelas Charter (en EE. UU.), como las escuelas de Chile tienen como punto central de sus políticas el postulado neoliberal de la elección, que plantea que se puede acceder a todo lo que se desea, sin existir barreras y sin estar determinado por la clase social, etnia o género. En educación defenderá que las familias tienen derecho a escoger la escuela que prefieren para sus hijos e hijas, que se comportaran de la misma forma para pobres y ricos.

Los partidarios de los programas de elección escolar argumentan que estas políticas atraen a los estudiantes de un rango geográfico más amplio que las escuelas públicas, por lo que tendrían una mayor pluralidad de estudiantes. Pero las investigaciones realizadas en el Estado de Arizona ven incrementada la segregación por raza, status socioeconómico y hasta por capacidad. Las escuelas Charter buscan estudiantes dotados o con necesidades especiales. Permiten formal o informalmente que las escuelas seleccionen a estudiantes y excluyan a otros. Algunas buscan seleccionar problemas minoritarios y con desventajas económicas, pero la mayoría buscan a estudiantes de altas capacidades, con antecedentes favorables en las escuelas públicas para evitar aquellos que requieren más recursos (Gilblom y Sang, 2019). En tres ciudades con altas proporciones de escuelas autónomas, Detroit, Nueva Orleans y Washington DC., las escuelas mostraban patrones de exclusión para mejorar la posición en el mercado y aumentar la segregación racial y socioeconómica (Lubienski, Gulosino y Weitziel, 2009).

Además, las familias menos privilegiadas carecen de recursos (capital social, empleos flexibles, apoyo familiar, transporte) para participar en opciones de elección.

Lógicamente, solo tendrá sentido la elección de centros en sistemas educativos con una oferta diferenciada. La situación de España al respecto es propicia para su aplicación porque ya contamos con dos redes escolares, pública, y privada concertada (centros privados sostenidos con fondos públicos), esta última supone un 30% de la escolarización obligatoria, siendo mayoritariamente de instituciones religiosas católicas (64%)(1). Teniendo en cuenta que la privada y concertada acoge solo al 7,5% de los alumnos/as desfavorecidos y que un alumno de un entorno más pobre tiene 5,5 veces más probabilidades de repetir curso. En España cada vez hay una mayor tendencia a potenciar la elección de centro haciendo competir a las escuelas públicas entre ellas, y a las públicas con las privadas. La crisis de 2008 ha influido en el aumento de la segregación escolar, rompiendo la disminución que se estaba produciendo desde el año 2000. A ello ha contribuido la reducción de financiación pública en el sistema educativo, junto a las políticas educativas introducidas con la LOMCE (2013) que han conseguido que Madrid sea la segunda región de Europa en segregación escolar, con un 45% de escuelas privadas (Murillo y Martínez-Garrido, 2018). Y España será el sexto país con más segregación de la Unión Europea, con un índice del 31% y un aumento en los dos últimos años de un 14,5% (Save The Children España, 2016).

Actualmente el gobierno del Partido Popular y Ciudadanos, con el apoyo de Vox plantean en su Decreto de admisión el fomento de la privada y una reducción del nivel socioeconómico en la baremación, que tendrá como consecuencia un nuevo éxodo hacia la privatización de la región más poblada de España, con uno de los niveles socioeconómicos y culturales más bajos. La educación pública en Andalucía recoge un 77% de la población escolar, 9 puntos más que la media española, y 4 por debajo de la media europea. Con estas políticas pronto alcanzará a Madrid en segregación escolar.

La segregación escolar no solamente incide en el aprendizaje de los estudiantes, sino que empobrece la educación socializadora, la convivencia y la integración social. No se puede construir una ciudadanía democrática creando escuelas de ricos y de pobres, la educación debe estar comprometida con la cohesión social y con los derechos fundamentales de la igualdad. No existe el derecho fundamental a la educación con el desarrollo de políticas que van en contra de la educación pública y a favor de la segregación escolar.


You are subscribed to email updates from MareaVerde.
To stop receiving these emails, you may unsubscribe now.
Email delivery powered by Google
Google, 1600 Amphitheatre Parkway, Mountain View, CA 94043, United States

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ENTRADA QUE HAY QUE LEER, MIRAR.......

HK & Les Saltimbanks - "On lâche rien"