UniDiversidad. El blog de José R. Alonso. |
Posted: 07 Dec 2018 03:26 AM PST
![]() El Instituto Wellcome Sanger hizo en 2017 un estudio en el que analizó 4000 niños con un trastorno del desarrollo y llegó a la conclusión de que casi la mitad presentan una mutación que surgió en el espermatozoide o el óvulo producido por los padres, pero que no la presentan en su propio cuerpo, son por tanto mutaciones de novo, mutaciones nuevas surgidas en esa nueva generación. El resto se considera que son debidas al menos en parte a mutaciones recesivas, raros cambios en el genoma que solo se expresan, solo se ven en ese niño, si las dos copias de un gen, la heredada del padre y la heredada de la madre, llevan la mutación. ![]() Unestudio más reciente de 6040 niños europeos con trastornos del desarrollo y de sus padres ha concluido que solo un 5% de los trastornos del desarrollo se deben a mutaciones recesivas en los segmentos codificantes de genes identificados o aún por identificar, un porcentaje mucho más bajo de lo que se esperaba. Este trabajo ha sido publicado en la revista Science y la primera autora es Hilary C. Martin con muchos de los autores asociados también al Instituto Wellcome Sanger. Por tanto, al día de hoy, casi la mitad de los casos de trastornos del desarrollo no tienen una explicación genética. El mismo estudio de Martin y colaboradores ha examinado también los genes de 356 niños de ascendencia paquistaní que tienen trastornos del desarrollo. ![]() Los datos sobre los niños de ascendencia paquistaní deben tomarse con precaución por el pequeño tamaño de la muestra, pero la contribución de las variantes recesivas es similar al 32,5% encontrado en la población kuwaití, donde el nivel de consanguinidad es similar. Los resultados de Martin y colaboradores son consistentes con estudios previos que encontraban una pequeña fracción de diagnósticos recesivos en población europea, donde la consanguinidad es baja pero el estudio va más allá al explicar que la contribución recesiva en genes todavía no descubiertos es también pequeña. ![]() El análisis también ha encontrado dos genes más que estarían implicados en estos trastornos del neurodesarrollo: EIF3F y KDM5B. Los efectos son complejos, EIF3F, por ejemplo, tiene un efecto aditivo en traslación de proteínas pero un efecto recesivo en proliferación celular. El número total de genes es sorprendentemente bajo lo que hace que los productos codificados por el mismo gen frecuentemente intervengan en distintos procesos, en ocasiones sin ninguna conexión entre sí. ![]() Uno de los problemas de esta genética compleja es que no podemos hacer consejo genético. Una pregunta típica de muchos padres es «si tenemos otro hijo, ¿estará también afectado?». En general le podemos decir cuál es el riesgo general de tener un segundo hijo con autismo pero no el riesgo específico de su familia. El alto porcentaje de trastornos del desarrollo donde no sabemos la genética puede deberse a otros modos como herencias oligogénicas o poligénicas (rasgos que son controlados no por un gen, sino por unos cuantos o muchos) así como a variantes recesivas en regiones no codificantes del genoma, en segmentos reguladores. La explicación con más probabilidad es que los efectos de muchas variantes genéticas raras dependen de qué otras variantes ha heredado ese individuo. Un padre puede ser el portador de una mutación sin que muestre ningún cambio pero cuando se combina con variantes génicas del otro padre esa mima mutación puede tener efectos graves. Para leer más:
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Posted: 25 Jul 2018 03:38 AM PDT
![]() Los genetistas analizan las tendencias que pueden explicar variaciones en el comportamiento dentro de una población para explorar si hay evidencias de que existe un sustrato genético a esa variabilidad, cuáles son las contribuciones relativas de los factores genéticos y los ambientales, cuántos genes del genoma intervienen en esa variación, si esos mismos efectos genéticos están asociados a otras tendencias y si hay aspectos evolutivos que justifiquen que esa variabilidad se haya mantenido generación tras generación. ![]() En el ámbito educativo se ha analizado la heredabilidad, un parámetro estadístico que describe la proporción de la variación en una población que depende de factores genéticos, de los logros académicos, las características psicológicas de los estudiantes, la discapacidad en el aprendizaje, los trastornos del neurodesarrollo y los años de escolarización. En el mayor estudio genético realizado hasta la fecha, un equipo internacional de investigadores ha publicado en la revista Nature Genetics que existen más de mil variantes en los genes de una persona que influyen en a qué edad se produce el abandono escolar. ![]() El dato es importante pero es solo parte de una panorámica mucho más compleja. La diversidad génica explica solo una parte, y no la mayor, de las diferencias presentes en la educación entre distintos grupos de personas. Las influencias ambientales, y aquí se incluyen aspectos tan diversos como los ingresos familiares o el nivel educativo alcanzado por los padres, tiene un peso mayor. La esperanza de este tipo de estudios es que nos puedan ayudar a entender qué pueden hacer maestros y profesores para evitar el abandono, para que el número de chicos y chicas que salen de las aulas antes de tiempo sea el menor posible. La identificación de variantes génicas, cada vez más sencilla, más rápida y más barata, nos puede ayudar en el futuro a identificar a niños que necesiten una atención especial, una vigilancia y un apoyo mayor. Entendiendo en mayor medida ese juego biunívoco entre genes y ambiente seremos capaces de entender mejor qué efectos sobre su conducta y su desempeño tiene mejorar las condiciones de aprendizaje de un niño. El estudio tiene una fortaleza evidente y también una debilidad. Está basado en datos de una muestra enorme, las secuencias genéticas de 1,1 millones de personas, pero todos ellos eran blancos de origen europeo. ![]() Este estudio es un buen ejemplo del camino que han seguido los estudios genéticos en las últimas décadas, un desarrollo que relata con maestría Carl Zimmer. Las primeras investigaciones sobre la influencia genética en la escolarización y los logros educativos tuvieron lugar en familias. ![]() Los investigadores obtuvieron sus resultados analizando 71 bases de datos, que incluían más de un millón de participantes procedentes de quince países, de 30 años o más. ![]() El siguiente descubrimiento importante es cuando se localizaron en el genoma esos SNPs implicados. No estaban distribuidas de una forma aleatoria sino que implicaban mayoritariamente a genes activos en el sistema nervioso, especialmente implicados en uno de los aspectos clave del desarrollo cerebral, la sinaptogénesis o formación de nuevas conexiones neuronales. ![]() Basándose en todos estos datos, los investigadores calcularon una puntuación genética para el éxito académico. Cuántas más variantes tenías de las asociadas a permanencia larga, la puntuación era más alta. Los investigadores calcularon la puntuación de 4.775 americanos, distribuyéndolos en cinco grupos. En el quintil cuyos genes les daban una puntuación inferior, el 12% terminó la universidad. En el quintil de mayor puntuación, lo logró el 57%. Un resultado similar se encontró a la hora de ver la probabilidad de repetir curso en la escuela. En el quintil inferior, lo hizo el 29% del grupo, en el quintil superior solo el 8%. Sin embargo, cuando los mismos criterios se aplicaron en afroamericanos no predecían correctamente cómo había sido su desempeño académico, probablemente porque los marcadores genéticos no son fiables a la hora de ver la influencia de tendencias en poblaciones diferentes. En esto estudio los investigadores concluyen que las variantes génicas identificadas explican entre un 11 y un 13% de los factores que llevan al abandono escolar, que ese sería el peso determinado hasta el momento de la genética, pero es posible que la proporción sea mayor. El grupo de investigadores planea aumentar su estudio a dos millones de voluntarios o más y creen que encontrarán miles de genes más ligados a la educación. También piensan que la enorme cantidad de genoma secuenciados disponible en estos momentos proporcionará información sobre comportamientos normales y patológicos. Un ejemplo es un estudio sobre insomnio con datos de 1,3 millones de personas y otros, todos ellos con más de un millón de personas como población, que serán publicados en los próximos meses. Para leer más
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